El paisaje-botánica:

Las Alcarrias o páramos.
En las parameras, por su disposición física, se mezclan las encinas con sabinas albares (Juniperus thurifera) y enebros rastreros que constituyen el paisaje más representativo de los páramos castellanos.
Estos páramos son rojizos, verdes o amarillos por los cultivos de cereales, extensiones enormes, que se pierden en el horizonte, y entre unos y otros encinas que se yerguen solitarias, junto a mojones antiguos de piedras blancas.

   
 

Aunque no lo parezca, los cerezos son un árbol del páramo, no del valle (aquí hay muchos cambios de temperatura y raro es el año que no se hielan sus flores). En las alcarrias, junto a encinas, olivos y nogueras surgen estos árboles. En estos días es muy agradable ver los cerezos florecidos junto al resto de árboles que aún no han comenzado a echar hojas