El paisaje-botánica:

La cuestas y su vegetación.
 
En las laderas, como la zona del río Ungría, aparecen los quejigares (Quercus faginea), más o menos conservados, alternando con coscojares, esplegares y aulagares.
También encontramos olivares, algunos tramos de almendros, y pinos repoblados (Matayeguas, arriba junto a centenera, está todo el valle reforestado de pinos), pero lo mejor de las laderas son sus flores: las aliagas, el romero, el tomillo…que dan sabor a la miel de la Alcarria

   

En todas las laderas distinguimos unas pequeñas plantas sin apenas hojas, y que están repletas de espinas. Aunque en primavera se cubren de flores amarillas, son las aliagas, las estrellas de las laderas.

Genista Scorpius. Es un arbusto derecho y espinoso, muy ramificado y con fuertes espinas, muy punzantes. Con pocas hojas, y flores en hacedillo de 3 o más.

Se cría en suelos con cal, suelos silicios, pedregosos, y colinas secas y soleadas. O sea un superviviente.

   

Las flores sirvieron, puestas a fermentar en azúcar, para tratar de restablecer las fuerzas después de las enfermedades.

La flores secas y pulverizadas se utilizaban para colorear de amarillo los paños de lana, creían que tiñéndolas con esta flor no las atacaba la polilla.

Su nombre latino scorpius, deriva de escorpión, probablemente recordando los dolorosos pinchazos que producen sus espinas. Parece que sólo una planta con estas características y esta rudeza es capaz de vivir en estos terrenos tan expuestos a los fríos del invierno y a las calimas del verano, alimentándose de suelos tan pobres.

Atención "ciclistas de senderos" a vuestras ruedas!!)

 

 

Otras flores que cubren, por completo las laderas de color blanco, justo después de las aliagas, son las flores del lino.

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Estas pequeñas florecillas, que parece que han nacido de la nada, tienen por nombre "linum siffruticosum", o mejor llamado lino blanco. Su nombre deriva del griego "lino" (hilo, hebra, en alusión a la fibra que se obtenía de la planta).
   
Son plantas pequeñas, que el resto del año pasan desapercibidas, compuestas de ramillas, con pequeñísimas hojas. Y lo más sorprendente es que de estos finos tallos, entrelazándolos entre sí, se conseguía hacer cuerdas, cestas, aperos para animales, vestidos .... todo un milagro en el afán de la supervivencia.